Chile – factores claves de delincuencia e inmigración – CONSULTOR

Chile está enfrentando uno de los escenarios más complejos de su historia. La delincuencia, crimen organizado, narcotráfico y terrorismo han pasado hacer el tema más preocupante para los chilenos. El factor principal de incidencia del fenómeno criminal y terrorista en Chile tiene vectores que se vinculan abiertamente con la inmigración desbordada. Las inacciones de la autoridad gubernamental para establecer planes de contención y de mitigación del riesgo delictual en el país, están afectando la calidad de vida de todos los ciudadanos.

A través de los medios de comunicación y de las distintas plataformas de redes sociales, es posible observar que la delincuencia se está tomando literalmente las calles. Homicidios, secuestros, tráfico de drogas y atentados incendiarios, son los principales hechos que cubren la agenda noticiosa[1]. Se trata de figuras delictivas que han ido tomando las principales posiciones en las estadísticas de los últimos años. La presencia de bandas y organizaciones criminales transnacionales, como es el caso del llamado Tren de Aragua[2] o los cárteles de drogas que predominan en México[3], representan el primer indicio de que la criminalidad internacional ha permeado las fronteras y los controles de nuestro país.

No hay dudas que las instituciones policiales, fiscalías y los servicios auxiliares, han estado realizando una labor permanente de combate contra de la criminalidad. Lamentablemente, ésta se ha visto cada vez más obstaculizada por el incremento desbordado de delincuencia y crimen organizado que proviene de otros países. Es decir, la efectividad que puedan tener estas instituciones tanto en la investigación, la prevención, el control y la persecución penal, puede tener un grave impacto en la eficiencia y eficacia, si no se detiene el flujo constante de criminales que logran traspasar la frontera, dado que estarán sobrepasando la capacidad operativa de cada una de ellas en sus áreas.

Política Criminal

Abordar la delincuencia nacional y irroga un proceso planificado y organizado con miras a erradicar la posibilidad de cometer estos delitos. Esto implica que el fenómeno criminal se debe abordar desde la perspectiva de un lineamiento transversal a cualquier postura política e ideológica, es decir, de establecer una política de estado que prevenga y persiga eficazmente la criminalidad. Una política criminal es la base de toda sociedad desarrollada que busca establecer lineamientos estratégicos transversales en otorgar seguridad a todos los habitantes de un determinado país. Pero para ello se requiere una voluntad política transversal, que no esté cooptada por compromisos políticos e ideológicos, sino que basada en deberes y derechos para el cumplimiento de la ley.

Chile adolece de una política criminal que provea de herramientas y recursos para prevenir y perseguir los delitos de narcotráfico, crimen organizado y terrorismo. Establecer una política criminal, es decir, una política de estado en contra del crimen y el terrorismo significa alinear, bajo un mismo marco jurídico, a todas las instituciones que se involucran en la prevención, investigación y persecución penal de los delitos. Sin embargo, la realidad nos muestra distintos cuerpos legales, que más allá de referirse a la penalidad y tratamiento de ciertas tipologías de delitos, en algunos casos, no existe el soporte adecuado para conducir mecanismos efectivos de persecución penal. Un ejemplo de ello es la dificultad de la investigación penal para probar el delito de asociación ilícita, en el contexto de crimen organizado o la tipificación de conductas terroristas.

Por ello la voluntad real de declarar la guerra al crimen organizado y al terrorismo pasa por el establecimiento de una política criminal que impida su consolidación. Si no existe voluntad política para ello, significa que existen intereses creados que son funcionales a los objetivos de determinados sectores políticos.

Inmigración

La migración es un fenómeno natural e histórico de todos los seres humanos en el mundo. cientos de países han sido creados a partir de la migración de distintos pueblos, de un lugar a otro, alrededor del mundo. sin embargo, en la actualidad la migración ha sido un fenómeno utilizado para fines y propósitos políticos, ideológicos e incluso geopolíticos.

Chile, en este sentido, no ha estado ajeno a los impactos que produce la migración. Desde sus inicios, el país ha tenido inmigrantes que se han asentado en nuestro territorio. Sin embargo, en la última década se han estado produciendo fenómenos migratorios, de cierta forma forzados artificialmente, que han generado un impacto negativo en la estabilidad del país. El primer fenómeno observado fue con una población importante de haitianos que llegaron a Chile en condiciones, a lo menos sospechosas. Muchos recordarán en 2017 aquellos vuelos charter que llegaban con haitianos y estos provistos de sobres amarillos[4], flujo que se fue dando paulatinamente hasta que fue puesto en conocimiento de los medios de comunicación y la opinión pública.

Posteriormente, en 2020 comienza una ola explosiva de inmigración cuyo centro neurálgico fue la frontera norte en la localidad de Colchane[5]. La diferencia con el flujo migratorio de 2017 fue la condición de ilegal de muchos de esos inmigrantes, en su gran mayoría venezolanos, por no portar documentos válidos de ingreso al país y más aún, hacerlo por pasos no habilitados. Esto trajo consigo un flujo constante y permanente que se agudizó en los meses posteriores, a través del cual pudieron haber entrado masivamente elementos criminógenos para desarrollar una actividad delictiva en el país. Paralelamente esta permeabilidad de la frontera norte, fue aprovechada por grupos criminales transnacionales para el desarrollo de delitos como tráfico de inmigrantes y trata de personas.

¿Por qué está permeable la frontera norte de Chile?

La crisis migratoria que ha debido enfrentar Chile a partir del año 2020 por la frontera norte, se debe entre otros factores a la permeabilidad de la frontera. Y cuando hablamos de permeabilidad me refiero específicamente a la falta de resguardo de la misma, en pos de proteger la soberanía nacional, característica que fue aprovechada por inmigrantes ilegales y crimen organizado para hacer ingreso fraudulento a nuestro país.

Sin embargo, se debe hacer un poco de historia en relación con este tema. En la década de los 70 Chile protegía sus fronteras, principalmente en el lado norte, frontera de Perú con Bolivia, con el establecimiento de campos minados. El origen de ello estaba fundado en diversos pasajes de la historia en que nuestro país ha debido enfrentar escenarios bélicos con estos 2 vecinos. Así los campos minados eran un factor de disuasión frente a cualquier amenaza que proviniera tanto de Perú como de Bolivia.

Pero, en 1997 se lleva a cabo el famoso tratado de Ottawa, un tratado convocado por las Naciones Unidas en el que llamaba a los países a eliminar los campos minados de sus fronteras[6]. No es hasta el año 2002, que Chile suscribió el tratado mientras era ministra de defensa la señora Michelle Bachelet Jeria, bajo el gobierno de don Ricardo Lagos Escobar[7]. Hasta aquí todo parecía estar estratégicamente en orden y en consonancia con las buenas intenciones de las Naciones Unidas. Sin embargo, en el Libro de la Defensa del año 2002[8], entre sus acápites principales se encontraba la descripción de las amenazas importantes para nuestro país. Entre ellas se describe al Terrorismo, Narcotráfico y Migraciones Masivas, como parte de las amenazas no convencional más significativas.

AMENAZAS NO CONVENCIONALES MÁS SIGNIFICATIVAS (2002)

Terrorismo

Entre los riesgos y amenazas surgidos con la globalización ha sido particularmente grave la irrupción de nuevas modalidades de terrorismo, como las que se materializaron en territorio de los Estados Unidos en septiembre del año 2001. Con esos ataques, el terrorismo se ha convertido en la principal amenaza a la seguridad internacional. La respuesta contra este tipo de acciones ha variado según la intensidad con que el fenómeno amenaza a cada país y la capacidad de reacción que éstos tienen, pero la tendencia general es la de concurrir a una mayor cooperación internacional, dinámica que también se ha manifestado entre los países americanos. En efecto, las nuevas modalidades de terrorismo han tenido correlatos en otros países del continente: Argentina sufrió en territorio propio un atentado terrorista que destruyó el edificio de la Asociación Mutual Israelita de Argentina, afectando masivamente a ciudadanos argentinos durante los años 90.

Narcotráfico

Hasta los ataques terroristas contra Estados Unidos del año 2001 el narcotráfico era la más importante de las amenazas del período de la globalización en el continente. No obstante, el tráfico ilegal de drogas y su consumo sigue desarrollándose y su importancia, como problema de seguridad para todos los países del continente -y de defensa para algunos de ellos— no ha desaparecido; en particular, aquellos donde se concentra la producción de coca y amapola y la elaboración de narcóticos (región andina), las principales rutas de distribución (América Central y el Caribe), y el consumo (Estados Unidos). De acuerdo con el proceso de Cumbres, la OEA ha logrado importantes acuerdos sobre control del narcotráfico, especialmente el mecanismo multilateral de certificación, y el conjunto de acuerdos cuya supervisión fue radicada en la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), tras la Cumbre de Santiago. Lo mismo puede decirse en torno a los acuerdos logrados en un espectro amplio de temas relacionados con la transparencia en la adquisición de armas convencionales (1999) y el control del tráfico de armas livianas (1997).

Migraciones Masivas

En general, el fenómeno migratorio ha adquirido relevancia a nivel mundial, habiéndose constituido durante la década de los 90 como uno de los cambios más importantes asociados a la globalización. Aunque este proceso puede adquirir diversas expresiones (migración resultante de conflictos -desplazados— o migración resultante de cambios societales), ha desafiado las capacidades de los estados receptores para ejercer jurisdicción efectiva sobre su territorio y así poder ejecutar sus propias políticas internas y externas, definidas soberanamente, generando un fuerte impacto político. Al mismo tiempo, se ha transformado en un factor importante en la generación de crisis internacionales entre los estados afectados. Además de la diplomacia y de medidas internas, a veces los estados receptores se han visto forzados a utilizar la fuerza armada, policial y/o militar, para controlar esta situación. En el continente, y a partir de la década de los 90, se han producido numerosos problemas de seguridad originados en migraciones ilegales masivas, principalmente hacia Estados Unidos, pero también hacia otros países americanos, por lo que el tema migratorio se ha constituido en un tópico de la agenda continental.

Cómo es posible observar, hasta el año 2002 había una conciencia absoluta respecto del problema que constituían las migraciones masivas para los diferentes estados. Sin embargo, Chile a esas alturas suscribió el tratado de Ottawa y asumió, el proceso de desminado de las fronteras sin tomar otras medidas adicionales que permitieran anticiparse a fenómenos masivos de migración.

Mucho se dijo en algún momento respecto de la construcción de zanjas o el establecimiento de cierres perimetrales a lo largo de la frontera norte, pero nada se hizo para evitar que la frontera norte de nuestro país fuera absolutamente permeable. Si bien este no es el único factor que incide en el problema de la inmigración irregular y sus vínculos con la delincuencia y el crimen organizado, sí es uno de los factores preponderantes que debió haberse previsto para no haber llegado a los niveles de crisis migratoria que tenemos en la actualidad y que sólo es comparable con una estrategia geopolítica de invasión al territorio.

Resumen

La exposición breve de estos alcances, tienen como finalidad llegar a quienes no han logrado asimilar la gravedad de la inserción del crimen y el terrorismo en la sociedad chilena. Los factores de criminalidad en Chile tienen, de cierta forma, una relación directa con inacciones políticas que han facilitado el desarrollo de la actividad criminal. La falta de una Política Criminal, exenta de cooptaciones políticas y el resguardo de la frontera, hacen imprescindible asumir un rol más proactivo en este sentido. La característica principal del fenómeno criminal es que se adapta y por tanto muta rápidamente para acomodarse al entorno.

Tal como las amenazas no convencionales, descritas anticipadamente en 2002 y que hoy las vemos materializadas en una crisis migratoria de proporciones, un narcotráfico cada vez asentado en Chile conexiones directas con los grandes cárteles de la droga y otras bandas criminales, así como el desarrollo paulatino de acciones de terrorismo en la zona de la Araucanía, se deben tomar acciones transversales inmediatas que impidan la proliferación y el desarrollo de grupos criminales que puedan tener el control total de la geografía nacional.

Chile y principalmente el mundo político, ha fallado en ejecutar acciones preventivas efectivas para haberse anticipado a las amenazas no convencionales, que hoy nos tienen con un arma en la frente. Sin embargo, aún se está a tiempo para revertir este proceso y solo falta que los intereses políticos dejen de ser influenciables en los factores de criminalidad en Chile.

RAUL MUÑOZ

Consultor en Seguridad Estratégica

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